Del jazz a TikTok, de Marlon Brando a Alexa Chung. La palabra cool atraviesa culturas, generaciones y estéticas. Pero… ¿se puede definir sin perder su misterio?. Un recorrido por la historia, la moda, las subculturas y las redes sociales en busca de esa esquiva —y deseada— autenticidad.
¿Qué es ser “cool”?
La palabra cool aparece una y otra vez en redes sociales, medios y conversaciones cotidianas. En TikTok abundan los videos virales donde se reflexiona sobre qué hace a una persona cool, y qué características definen a quienes se ganan ese prestigioso título. Pero, ¿qué significa realmente?
Definirlo no es tan simple. Lo que es cool para una persona puede no serlo para otra. Y, paradójicamente, en un mundo donde todos parecen querer serlo, nada resulta menos cool que intentarlo.
Origen de una palabra poderosa
Aunque muchos asocian el término con la cultura pop o la industria de la moda, su historia es mucho más profunda. En los años ‘40, el músico de jazz Lester Young fue uno de los primeros en decir “I am cool”, en un gesto de estilo y confianza. Sin embargo, el historiador del arte Robert Farris Thompson rastreó su uso hasta civilizaciones africanas del siglo XV, donde se vinculaba con una actitud de serenidad y control frente a la adversidad.
El “cool” como actitud cultural
Para el autor Joel Dinerstein, hay cuatro elementos que definen a una figura cool:
- una visión artística original
- una rebelión o transgresión cultural
- un poder icónico reconocible al instante
- una herencia o legado simbólico
Aún así, lo cool no es universal: varía según regiones, generaciones y subculturas. Lo que es cool para un punk puede no serlo para un mod, y viceversa. Es una cualidad que está marcada por el contexto y el código cultural.
Podríamos decir que lo cool no se aprende ni se finge: se tiene. Es parte de una autenticidad tan profunda que cualquier intento de imitarla la desactiva. Intentar ser cool anula el efecto.
Moda, cultura pop y el valor simbólico del “cool”
En el mundo de la moda y Hollywood, ser cool es el santo grial. En Cool Rules (2001), Dick Pountain y David Robins se preguntan si se trata de una actitud, una ideología o un ideal abstracto. Para ellos, hoy funciona como un sistema de valores que incluye hedonismo, narcisismo y distancia irónica.
Una investigación académica llamada Coolness: An Empirical Investigation identificó características comunes en personas consideradas cool: autenticidad, confianza, deseo, rebeldía y una actitud relajada frente a las normas sociales.
De lo contracultural al mainstream
Quienes son cool suelen marcar tendencias sin proponérselo. Crean una identidad propia tan nítida que, con el tiempo, es absorbida por la cultura dominante. Así, lo cool pasa de lo alternativo a lo mainstream. Pero cuando eso sucede… ¿deja de ser cool?
La historia está llena de íconos que dejaron una huella estética y cultural: Walt Whitman, Ernest Hemingway, Marlon Brando, Lou Reed, Jane Birkin, Madonna, Alexa Chung… todos ellos encarnaron una diferencia que fue imitada hasta volverse masiva.
¿Qué significa ser cool en la era digital?
En tiempos de filtros, reels y performance constante, la autenticidad parece más difícil de detectar. Las redes sociales promueven una especie de “autenticidad curada” que convierte el cool en un simulacro. Hoy se puede copiar un look, un tono de voz, un lifestyle, pero rara vez se logra capturar la esencia.
Lo cool es moverse en el margen sin desaparecer. Es diferenciarse sin necesidad de declararlo. Y en un contexto en el que todos buscan pertenecer, ser cool tal vez sea atreverse a no encajar del todo.
Cool: ¿una palabra vacía o una promesa?
Autodefinirse como cool es el camino más rápido para no serlo. Porque lo cool no se proclama: se construye con coherencia, estilo propio, una pizca de ironía y, sobre todo, con autenticidad.
La calle viste a la moda 