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MÚSICA Y FESTIVALES

Mani Mounfield: adorado hasta la eternidad

Por Pedro Simpson.-

En medio de tanta euforia tuvimos que parar las rotativas, por una de esas noticias que nunca quisimos abordar. Gary Mounfield, Mani, ha partido hacia la eternidad. Cuando vivimos (y cronicamos) la reunión de los Stone Roses en 2017 lo describimos como “el mejor bajista del britpop sin ninguna duda y uno de los mejores de la historia de la música”. Y era mucho más que eso: fundacional de la movida madchester, sus líneas y solos de bajo tan al frente como una guitarra construyeron una épica única. Basta escuchar canciones como I wanna be adored o I am the resurrection para entender el alcance del fenómeno. Himnos atemporales de un estilo que trascendió la música y definió la cultura británica. Definitivamente sin Stone Roses no hubiese existido ni Oasis, ni el britpop.

Si bien The Stone Roses no mantuvo siempre la misma formación, es una de esas bandas que no puede imaginarse de otra manera. La química y la fusión de talentos de Ian, Mani, Reni y Squire es un ente aparte, único e indivisible como antes lo fueron Plant, Page, JP Jones y Bonzo o John, Paul, George y Ringo. Y como en los de Liverpool se dice que Ringo era la amalgama del grupo, el mismo saco le cabía a Mani en los mancunianos. Él fue junto con Ian Brown el último en irse de la banda; él fue quien dio el puntapié inicial a la reunión de 2011. No dudó ni un segundo en dejar Primal Scream, banda a la que se había unido en 1996 tras la disolución del grupo, para volver a estar junto a sus eternos lads.

Todo esto grafica lo importante que fue Mani musicalmente, pero aún más importante es lo que fue como ser humano. Todos lo amaban, lo admiraban y lo idolatraban. Liam Gallagher lo describió como su héroe. Tim Burgess lo nombró como “el mejor de todos, en todos los sentidos” Ian McCulloch dijo que “siempre lo amó y siempre lo amará, profunda y eternamente, como a un hermano”. Mani era un arquetipo de la alegría, al punto que es difícil encontrar una imagen de él en la que no esté riendo, con esa sonrisa tan característica. 

Volviendo a sus obras, no podemos dejar de nombrar a Freebass, un supergrupo de bajistas que formó junto a Andy Rourke de The Smiths y Peter Hook de Joy Division y New Order; y un muy divertido cameo en la película 24 Hour Party People, junto a otras luminarias del madchester

El mundo de la música perdió a uno de sus mayores exponentes artísticos y humanos. La herida nunca sanará, pero en su legado seguirá brotando ese beat eterno que llenará de alegría los oídos y los corazones de todos nosotros, y los que vendrán.

Adorado por siempre.

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