Los años ’70 se verían claramente influenciados por los cambios que surgieron en la sociedad en la década anterior. En este periodo se produce el estallido de la Guerra de Vietnam que da como resultado el surgimiento del movimiento pacifista “flower power”. Dicho movimiento estaba conformado por hippies que llevaban como estandarte la consigna “haz el amor y no la guerra” y proponían un cambio en el orden social. Además, recurrían al uso de drogas psicodélicas para obtener una nueva percepción de posibles horizontes.


Como en todo movimiento social, la moda es una de las formas de expresarse e identificarse. Por tal motivo la moda (dirigida principalmente a los jóvenes) se basó en prendas artesanales y fibras naturales. También, el hippismo promovía la idea de no consumir ropa producida en serie y recurrían al mercado de prendas de segunda mano para hacerlas circular y reutilizar.


Este nuevo estilo de vida marcó una revolución en la vestimenta y la moda. Los hippies se caracterizaban por llevar el pelo suelto y desprolijo, usar colores estridentes y estampados florales. Otras prendas características de este movimiento eran las túnicas indias transparentes. En cuanto a accesorios, predominaban los bolsos con aplicaciones de espejos y los aros grandes.

Entre las prendas más características de los años ’70 podemos mencionar los pantalones acampanados o pantalones “Oxford”. También irrumpió con gran fuerza el uso de la minifalda, prenda creada en los ’60 y que durante este periodo, se volvió un infaltable. Sin dudas, otro elemento muy setentero son las botas, las cuales eran utilizadas de caña alta (hasta la rodilla) y los zapatos con plataformas tomaron protagonismo. Cabe destacar que durante esta década las prendas comenzaron a verse como prendas “unisex”, es decir, que tanto hombres como mujeres vestían similar, rompiendo los estereotipos. Un claro ejemplo de esto es que los hombres comenzaron a utilizar colores fuertes, hecho que no había sucedido hasta el momento.



Además, la liberación de la mujer en este periodo permitió que se deje de ver a estas como “objetos de consumo”, oponiéndose a lo que la sociedad venía imponiendo durante décadas en cuanto a los estándares de belleza.
Sin embargo, el sistema de la moda siempre atento a los cambios, absorbió esta contracultura dándole surgimiento al “hippie de lujo”: un estilo que comulga con los dictámenes del estilo hippie pero se ve sistematizado por la marca. Es aquí donde aparecen, por ejemplo, las gasas psicodélicas de Emilio Pucci.
Londres sigue manteniéndose como la capital de la innovación en donde surgen contraculturas como el Glam Rock y el Punk. El primero, que tenía como máximo exponente a David Bowie, reflejaba un estilo glamoroso de gran efecto teatral. Por el contrario, el punk representó “una ruptura decisiva con el pasado en nombre de una vanguardia que se arroja voluntariamente a los márgenes de la sociedad”. Este movimiento, liderado por la diseñadora Vivianne Westwood y su pareja Malcom McLaren, lleva al punk a convertirse en todo un fenómeno.



“La moda absorbe modas contraculturales y las convierte en tendencias”: los años ’70 estuvieron marcados por las nuevas y diversas ideologías que lograron un periodo marcado por la libertad en todos sus aspectos. La incorporación de nuevas voces, principalmente juveniles, que cuestionaron a la sociedad y provocaron un gran cambio en cuanto a la visión del mundo.


